Ruta del Puente del Infierno (SALORINO)






Recorrido: 17 Kms aprox.

Duración: 5 horas

Dificultad: Media-baja



Descripción de la ruta:
Hay que reconocer que cuando llegan los calores la participación en este tipo de actividades se vuelve más perezosa y la asistencia es más escasa. Pero no importa, si no estuvimos todos los que somos, fuimos todos los que estuvimos y lo pasamos en grande.
Salimos de la Plaza de Torrijos, siguiendo por la travesía Herreruela, hasta coger el cordel, pasamos La Laguna Cigüeña, continuamos hasta cruzar la N-521 por el Camino Justicia. en este tramo nos entraron un poco los sudores de la muerte, pues parecía que nos íbamos a adentrar en un inmenso trigal y teniendo en cuenta el calor que ya hacía, la aventura se podía convertir en desventura, pero sólo fue un espejismo. El perfil de la ruta era muy animado, con cambios contínuos en los desniveles; sin hacer nunca rampas demasiado pronunciadas, pero lo suficiente como para disfrutar de buenas vistas y recibir agradables ráfagas de aire fresquito.
Pasando por la Rivera de Getreros y Las Minas hasta llegar a la entrada de la Finca Justicia, giramos a la derecha siguiendo la alambrada, atravesamos dos cancelas, recorremos el paraje de La Mesa, hasta llegar a la Mesa, donde hay unas preciosas vistas panorámicas, bajamos pasando al lado de unas antiguas cochiqueras, hasta llegar al Puente del Infierno.

Como se ve en las imágenes se trata de un puente, dicen que del S. XIX, de un solo ojo con paso estrecho que permite únicamente el paso de una persona con su montura y que facilita el paso de una garganta encajonada y muy hermosa en la Rivera de los Molinos. Merece la pena llegar hasta allí.



Continuamos por la finca de laTorrecilla, hasta coger el camino del Vaquerilejo, hasta llegar a la finca, donde nos encontramos con una cancela y un bujío, continuamos hasta la casa del Baqueritejo cogiendo la Vía Pecuaria, hasta el Puente de la Carretera Vieja.


Seguimos camino hasta cruzar la N-521 siguiendo por el cordel hasta llegar a la población y continuamos hasta la Plaza Torrijos para finalizar allí la ruta.



Está claro, por la parquedad en las fotografías, que nuestro compañero de camino Paco Fernández no estuvo con nosotros esta vez ¡ Vuelve Paco, por favor ! ¡ Necesitamos tu testimonio! Bueno, seguro que la próxima vez nos acompaña y el reportaje será más extenso.
Saludos a Manolo y a los Piris Bruno, (no les dan miedo ni las Fiestas de las Casiñas)

Ruta del Pantano de la Jabalina





Poco agraciada era la novia y pocos los invitados que acudieron al convite.





Tan sólo seis marchosos nos animamos a conocer el Pantano de la Jabalina, una de las rutas homologadas por la FEXME en la Mancomunidad Sierra de San pedro.

Madrugamos un poco para evitar el calor, y salimos a las 8:30 de Valencia dirección Membrío, empezando la marcha a pie sobre las 8:50 aprox. El madrugón sirvió de poco.





Después de ver el plano hemos llegado a la conclusión de que la salida de Membrío la hicimos por donde teóricamente teníamos que entrar, pues una vez cruzada la Nacional 521 y, dentro del camino, tardamos mucho en encontrar las señales de sendero.





La ruta transcurre en su totalidad por una inmensa dehesa de encinas que, sin ánimo de menospreciarla, la hace un tanto monótona, teniendo en cuenta que son muchos kilómetros con el mismo paisaje.






No obstante, disfrutamos mucho del paseo y la conversación. También tuvimos algo de suerte y vimos un par de veces algunos ejemplares de venao.(Amparito y Vicente más, pues vieron una liebre)








Una vez completamente seguros de que estábamos en el camino correcto respiramos tranquilos y nos fuimos acercando poco a poco y entre jaras al Pantano de la Jabalina.






Ya en el pantano y con un poquito de vértigo, pues el lado izquierdo del muro tenía una buena caida, nos sentamos a descansar, disfrutando del paisaje, de la calma de las aguas, del silencio y de la valentía de Vicente al borde del precipicio.








Y después de reponer fuerzas con un poquito de agua y alguna barrita energética del macuto del José Ramón, siempre bien pertrechado, emprendimos el regreso, esta vez con seguridad en el camino que tomábamos. "El mismo que habíamos traido"